En sus historias se conocen los inicios que tuvo la universidad. |
La
historia puede ser contada a través de los libros o de las vivencias de los
personajes que participaron en aquellos momentos importantes en la historia.
Para conocer la
historia de la Universidad Técnica de Cotopaxi (UTC), es necesario recurrir a
la memoria histórica de aquellas personas que vivieron aquellos momentos en los
que las aspiraciones de la provincia de Cotopaxi, en cuanto, a la educación
superior empezaban a plasmarse.
Corría el final de los
años 80, los hijos de Cotopaxi, que querían obtener un título profesional
debían viajar hasta provincias vecinas como Pichincha y Tungurahua para poder
estudiar en una universidad, y ante esta necesidad, un grupo de personas decidió
conformar un comité para solicitar a las autoridades nacionales una institución
de educación superior para este rincón de la patria.
Uno de esos personajes
es Hernán Arcos Garzón, actual docente de la institución, es uno de los fundadores
de la UTC, trabaja en la academia, desde el primer día que este centro de
educación superior fue extensión de la Universidad Técnica del Norte en 1992.
Lleva prácticamente
vinculado al quehacer universitario 24 años, vio cómo la universidad pasó de
menos a más, de no tener una infra estructura fija, a ver como ahora es una de
las instituciones con los mejores espacios para estudiar.
Cuenta que los inicios
de la UTC no fueron fáciles, ya que, el anhelo de la provincia, de contar con
un centro de educación superior no era atendido y por esa razón el Frente Unido
del Magisterio de Cotopaxi (FUM), en 1989 constituyó el Comité Pro Extensión
Universitaria para Cotopaxi con la presencia de más sectores populares de la
provincia.
Recuerda que cómo parte
del Comité estuvo Sócrates Hernández, quien lo presidió, Edgar Cárdenas,
presidente de la UNE, Francisco Quishpe, miembro de la Federación de barrios de
Latacunga, Cristóbal Tinajero, docente de la Universidad Técnica de Ambato.
A ellos se sumaron el entonces
prefecto de Cotopaxi, Oswaldo Coronel, César Tinajero Abad, diputado de
Cotopaxi, Herminio Troya, presidente del Municipio de Pujilí, con quienes
empezaron a realizar las comisiones que visitaron varias provincias en función
de alcanzar el anhelado centro de educación superior.
Recuerda que visitaron
universidades en Quito (Universidad Central) en Ambato (Universidad Técnica de
Ambato, la provincia del Oro, pero lamentablemente ninguna de esas
instituciones dio el aval para la extensión; sin embargo, en Ibarra, tras
dialogar con Antonio Pozo, rector de la Universidad Técnica del Norte (UTN)
encontraron la voluntad de atender el pedido de la provincia.
En ese entonces, la
responsabilidad de realizar el estudio socioeconómico, le correspondió a
Francisco Ulloa, quien era director de Planeamiento de la UTN y quien luego
sería rector de la UTC.
Entre risas, Hernán
Arcos, recuerda, mientras se acomoda en el asiento de su oficina, que debieron
asistir a tres sesiones del Consejo Nacional de Universidades y Escuelas
Politécnicas (Conuep) antes de conseguir que este apruebe la creación de la
extensión de la UTN en Cotopaxi. Debido a la insistencia de los pobladores y de
quienes eran integrantes del Comité Pro Extensión Universitaria, el 19 de
septiembre de 1991 en la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manta se consiguió la
autorización para la apertura de la extensión.
Los ojos de este
personaje se observan emocionados al recordar este día histórico, ya que, según
relata fue una lucha constante de varios años, la que permitió conseguir el
anhelado sueño de educación superior para Cotopaxi.
Pero la historia no
queda ahí, una vez conseguida la extensión, la lucha de la provincia fue por
conseguir la universidad con autonomía.
Las clases iniciaron
en la entonces extensión universitaria en febrero de 2002, la UNE en ese año
quitó la biblioteca y entregó ese espacio para el funcionamiento de las
oficinas administrativas de la UTN-Cotopaxi, mientras que, las clases se
realizaron en el Colegio Luis Fernando Ruiz.
Las primeras carreras ofertadas
fueron Contabilidad Pedagógica, Ingeniería agroindustrial y Artes Artísticas, más
de 300 alumnos iniciaron actividades académicas.
“El segundo edificio
donde funcionó la extensión fue en las ex instalaciones del Instituto
Tecnológico Agropecuario Simón rodríguez, pero al igual que en el primer
espacio tuvimos dificultades, nos quitaban los focos, nos cerraban las puertas,
hasta que, con la ayuda de la gente conseguimos el edifico donde actualmente
funciona la U, el cual iba a ser asignado para una cárcel”, dijo.
Los primeros años de
la extensión fueron difíciles, porque del presupuesto asignado que bordeó los
120 millones de sucres, solo recibieron 40 y eso causó que muchos docentes
trabajen sin cobrar su sueldo por tres, cuatro y hasta cinco meses, entre aquellos
maestros que no recibieron sus sueldos, recuerda que estaban Amable Ronquillo,
Hernán Yánez, Hugo Armas, entre otros docentes quienes se mantuvieron firmes
por el anhelo de educación superior para Cotopaxi.
Arcos recuerda que,
tras un largo peregrinar y luego de superar varias dificultades de
infraestructura y económicas el 24 de enero de 1995 y luego de realizar
gestiones y entregar 40 mil firmas al Congreso Nacional y a la Presidencia de
la República nació la autonomía de la Universidad Técnica de Cotopaxi.
En 1995 los estudiantes se tomaron los terrenos del IEOS para el campus universitario. (Archivo personal) |
Mientras dura el relato
de Hernán Arcos, poco a poco aparecían nuevas memorias de la historia universitaria, incluso recuerda que los estudiantes
agrupados en la FEUE y el Frente Revolucionario de Izquierda Universitaria
(FRIU) se tomaron los terrenos del ex Instituto Ecuatoriana de Obras Sanitarias
(IEOS) terrenos donde en la actualidad funcionan los bloques A y B de la
universidad.
El momento más
doloroso que vivió la UTC fue una toma de las instalaciones contra el primer
rector, Rómulo Álvarez, “esta acción fue contra el autoritarismo, contra el
personalismo que en ese año quiso enquistarse en la universidad”, mencionó.
La voz cambia y se
llena de esperanza, ya que, a decir de Arcos, la UTC ha crecido indudablemente,
de tener 300 estudiantes de Cotopaxi, a cerca de 8 mil de todas las provincias
del país, de tener solo tres carreras a contar con una oferta académica de 18
especialidades para la profesionalización.
“Como parte de la
historia de la universidad, creo que venimos de menos a más, esta universidad
es un referente en todos los sentidos, además es una institución que trasciende
en el tiempo y seguiremos creciendo”, finalizó.
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