miércoles, 4 de mayo de 2016

Un docente fundador de la universidad



En sus historias se conocen los inicios que tuvo la universidad.




La historia puede ser contada a través de los libros o de las vivencias de los personajes que participaron en aquellos momentos importantes en la historia.


Para conocer la historia de la Universidad Técnica de Cotopaxi (UTC), es necesario recurrir a la memoria histórica de aquellas personas que vivieron aquellos momentos en los que las aspiraciones de la provincia de Cotopaxi, en cuanto, a la educación superior empezaban a plasmarse.

Corría el final de los años 80, los hijos de Cotopaxi, que querían obtener un título profesional debían viajar hasta provincias vecinas como Pichincha y Tungurahua para poder estudiar en una universidad, y ante esta necesidad, un grupo de personas decidió conformar un comité para solicitar a las autoridades nacionales una institución de educación superior para este rincón de la patria.

Uno de esos personajes es Hernán Arcos Garzón, actual docente de la institución, es uno de los fundadores de la UTC, trabaja en la academia, desde el primer día que este centro de educación superior fue extensión de la Universidad Técnica del Norte en 1992.

Lleva prácticamente vinculado al quehacer universitario 24 años, vio cómo la universidad pasó de menos a más, de no tener una infra estructura fija, a ver como ahora es una de las instituciones con los mejores espacios para estudiar.

Cuenta que los inicios de la UTC no fueron fáciles, ya que, el anhelo de la provincia, de contar con un centro de educación superior no era atendido y por esa razón el Frente Unido del Magisterio de Cotopaxi (FUM), en 1989 constituyó el Comité Pro Extensión Universitaria para Cotopaxi con la presencia de más sectores populares de la provincia.

Recuerda que cómo parte del Comité estuvo Sócrates Hernández, quien lo presidió, Edgar Cárdenas, presidente de la UNE, Francisco Quishpe, miembro de la Federación de barrios de Latacunga, Cristóbal Tinajero, docente de la Universidad Técnica de Ambato.
A ellos se sumaron el entonces prefecto de Cotopaxi, Oswaldo Coronel, César Tinajero Abad, diputado de Cotopaxi, Herminio Troya, presidente del Municipio de Pujilí, con quienes empezaron a realizar las comisiones que visitaron varias provincias en función de alcanzar el anhelado centro de educación superior.

Recuerda que visitaron universidades en Quito (Universidad Central) en Ambato (Universidad Técnica de Ambato, la provincia del Oro, pero lamentablemente ninguna de esas instituciones dio el aval para la extensión; sin embargo, en Ibarra, tras dialogar con Antonio Pozo, rector de la Universidad Técnica del Norte (UTN) encontraron la voluntad de atender el pedido de la provincia.

En ese entonces, la responsabilidad de realizar el estudio socioeconómico, le correspondió a Francisco Ulloa, quien era director de Planeamiento de la UTN y quien luego sería rector de la UTC.
Entre risas, Hernán Arcos, recuerda, mientras se acomoda en el asiento de su oficina, que debieron asistir a tres sesiones del Consejo Nacional de Universidades y Escuelas Politécnicas (Conuep) antes de conseguir que este apruebe la creación de la extensión de la UTN en Cotopaxi. Debido a la insistencia de los pobladores y de quienes eran integrantes del Comité Pro Extensión Universitaria, el 19 de septiembre de 1991 en la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manta se consiguió la autorización para la apertura de la extensión.

Los ojos de este personaje se observan emocionados al recordar este día histórico, ya que, según relata fue una lucha constante de varios años, la que permitió conseguir el anhelado sueño de educación superior para Cotopaxi.

Pero la historia no queda ahí, una vez conseguida la extensión, la lucha de la provincia fue por conseguir la universidad con autonomía.
Las clases iniciaron en la entonces extensión universitaria en febrero de 2002, la UNE en ese año quitó la biblioteca y entregó ese espacio para el funcionamiento de las oficinas administrativas de la UTN-Cotopaxi, mientras que, las clases se realizaron en el Colegio Luis Fernando Ruiz.

Las primeras carreras ofertadas fueron Contabilidad Pedagógica, Ingeniería agroindustrial y Artes Artísticas, más de 300 alumnos iniciaron actividades académicas.
“El segundo edificio donde funcionó la extensión fue en las ex instalaciones del Instituto Tecnológico Agropecuario Simón rodríguez, pero al igual que en el primer espacio tuvimos dificultades, nos quitaban los focos, nos cerraban las puertas, hasta que, con la ayuda de la gente conseguimos el edifico donde actualmente funciona la U, el cual iba a ser asignado para una cárcel”, dijo.

Los primeros años de la extensión fueron difíciles, porque del presupuesto asignado que bordeó los 120 millones de sucres, solo recibieron 40 y eso causó que muchos docentes trabajen sin cobrar su sueldo por tres, cuatro y hasta cinco meses, entre aquellos maestros que no recibieron sus sueldos, recuerda que estaban Amable Ronquillo, Hernán Yánez, Hugo Armas, entre otros docentes quienes se mantuvieron firmes por el anhelo de educación superior para Cotopaxi.

Arcos recuerda que, tras un largo peregrinar y luego de superar varias dificultades de infraestructura y económicas el 24 de enero de 1995 y luego de realizar gestiones y entregar 40 mil firmas al Congreso Nacional y a la Presidencia de la República nació la autonomía de la Universidad Técnica de Cotopaxi.



En 1995 los estudiantes se tomaron los terrenos del IEOS para el campus universitario. (Archivo personal)
Mientras dura el relato de Hernán Arcos, poco a poco aparecían nuevas memorias de la historia universitaria,  incluso recuerda que los estudiantes agrupados en la FEUE y el Frente Revolucionario de Izquierda Universitaria (FRIU) se tomaron los terrenos del ex Instituto Ecuatoriana de Obras Sanitarias (IEOS) terrenos donde en la actualidad funcionan los bloques A y B de la universidad.





El momento más doloroso que vivió la UTC fue una toma de las instalaciones contra el primer rector, Rómulo Álvarez, “esta acción fue contra el autoritarismo, contra el personalismo que en ese año quiso enquistarse en la universidad”, mencionó.

La voz cambia y se llena de esperanza, ya que, a decir de Arcos, la UTC ha crecido indudablemente, de tener 300 estudiantes de Cotopaxi, a cerca de 8 mil de todas las provincias del país, de tener solo tres carreras a contar con una oferta académica de 18 especialidades para la profesionalización.

“Como parte de la historia de la universidad, creo que venimos de menos a más, esta universidad es un referente en todos los sentidos, además es una institución que trasciende en el tiempo y seguiremos creciendo”, finalizó.




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